junio 27, 1993
Sobre una hoja de tristes colores ocres, inicia su travesía, temeroso, percibiendo mi presencia. Cruza por un grupo de fotos oxidadas por el tiempo. Por un campo de alcachofas que abriga la temerosa mirada de un niño de que aún no sabe realmente su destino en el mundo. Ese mismo niño, pero con meses de nacido, recostado sobre los asientos de un bus interprovincial. Tal vez fue su primer viaje. Un llanto ajeno. Una mirada cálida, la de su madre, que no deja de abrazarlo; frente a la antigua plaza de armas, con su abuelo y con la chica que le ayudaba a cuidarlo y que años después se volvió loca. Otra, un poco más borrosa, frente a un lugar indefinido de la nueva lima de los 90. Rodeado de pequeños de la misma edad descubriendo esa frívola realidad. Otra, en una manta, recostada sobre la espalda de su madre en una de las peores noches; frente a un grupo de vecinos que impacientes esperaban algo que nunca se supo. Una vela encendida frente al rezo sin sentido de aquel niño que cerrab...