Entradas

Mostrando entradas de 2020

SIGO ESPERÁNDOME

Imagen
  Al llegar, y precisamente en el momento de abrir esa puerta, me vi salir intrigado y resignado. Y decidí seguirme, ver a dónde me dirigía a esta hora, con este clima. Atravesamos las rejas oxidadas por la época de lluvias. El sonido rechinante era una marca auditiva que nunca olvidaríamos. Cruzamos la acera para detenernos, girar y mirar entristecidos, nuestra pequeña casa. Gastada y maltratada por el tiempo y la indiferencia. Siempre ideábamos pintarla un fin de semana, pero lo ajetreado de nuestra vida nos lo impedía. Los domingos se convirtieron en meses, los meses en años y los años en un eterno olvido. Avanzamos hacia el único riachuelo de este pueblo, recordando cuando de niño me sumergía desnudo en sus corrientes heladas, en las infinitas tardes. Estuvimos ahí un buen rato, mirando el manso, cause fluir, escuchando el armonioso ruido que se producían al chocar las piedras. Nunca logramos descifrar su queja. Nunca lo dejamos huir. Me miraste y te miré. No me sorprendí de

NOVIEMBRE SIN TI

Imagen
  La tenue luz solar de un triste día presentía lo que la noche no se esperaría. Mientras interactuábamos con las supuestas respuestas de un correo del trabajo, surgió una pregunta curiosa. ¿Lapadula sabrá el himno peruano? Una risa boba se escurrió por el pequeño sitio al que había convertido en oficina temporal. Espero que sí, fuera mi respuesta. Un futbolista que toda su vida ha vivido en Italia y que por primera vez pisaba suelo peruano para jugar por una selección de un país que apenas conoce… ¿Qué decirte? Espero que sí. El día transcurría con sus pesares habituales y en el congreso se escuchaba a un presidente enérgico defendiéndose de su segundo intento de vacancia. Esta vez tenía el hemiciclo casi vació y que de vez en cuando se colaba alguna vociferación de algún partidario que, de manera espectral, vigilaba las acciones. Realmente me importaba poco lo que se acontecía. Estaba saciado y hasta hostigado con tanta tontería de la pelea entre los poderes del estado del país. Mi

CARTA A MI NUTRICIONISTA

Imagen
  Ha pasado exactamente un mes desde que inicié con este plan de vivir saludable y admito con mucha sinceridad que noto notables cambios en mí, tanto físico como interno. Por eso le escribo esta carta, querida amiga, para agradecerle por lo todo que me ha ayudado. Llegué a usted buscando cambiar estos hábitos que me mantenían al margen de una correcta vida. Usted sabe, en esta actualidad la estética suele ser un factor para muchas cosas. Como lo laboral, sentimental o por una mejor vida. Si una mejor vida. Por eso llegué a usted. Te comenté que no quería seguir así. Me sentía cansado y sin ganas. Y que mi ansiedad, por periodos, jugaba con mi cordura diurna. Esto de leer y escribir hasta altas horas de la noche no te ayudará en nada –me dijiste. Recuerdo bien que te comenté que era lo que más amaba. Y que solo en las noches podía hacerlo. Usted sabe, querida amiga, que la vida es cara y muy ajetreada. La sociedad te escurre todo el día y luego te manda a la cama. Antes de que llegara u

¡Ay! FIL

Imagen
  Terminó la Feria del Libro de Lima (FIL). Y en ella se ciernen los suficientes argumentos de que se ha estado haciendo mal durante las últimas ediciones. Y no; no creo que sea una manera muy drástica con la que inicio este artículo. Este año, para muchos, nuestros objetivos y propósitos mutaron enormemente con la gran pandemia global. Nuestra amiga, FIL, tenía ya todo preparado para su edición número quince. Una edición impulsada por las grandes cifras de su anterior predecesor. Dijo con bombos y platillos que este año conoceríamos el mundo literario de Portugal. Luís de Camões, José Saramago, Fernando Pessoa, etc. Aún me retumban las palabras de Liliana Minaya, la presidenta de la Cámara de Comercio de Lima. Un júbilo total convertido, ahora, en un nostálgico recuerdo, mientras miro la presentación del nuevo formato. Digital. Sé que muchos saltaron de alegría al ver que la FIL, que a pesar de la burocrática incertidumbre que jugaba nuestro obtuso gobierno con los estados de emerge

Agosto

Imagen
Cae sobre mí una de las tardes más tristes de este año. Constipado busco dibujar alguna figura entre las densas neblinas que se acurrucan mi cuarto. Agosto. Los dolores se revuelcan en mi cuerpo. Los brazos me tiemblan, las piernas se me endurecen. No siento el frío ni el calor. Me es extraño. Me invaden recuerdos y miedos. Trato de escribirlos pero pierdo su rumbo. Agosto, me repito a mí mismo mientras E me trae algunas pastillas para mi pesar. Las tomo calladamente. Me protejo en mi precario escritorio. Un viejo libro me mira compasivamente a que acabe con lo iniciado. Me hago al loco. Un periódico de hace dos o tres días –no recuerdo– se humedece por el clima mientras espera algo que nunca vendrá. Sudo cada vez más. Vuelvo a trabajar. Se me hizo fácil hacerme una jornada de trabajo en estos tiempos. Mi espalda cruje como un cristal desecho. Me quejo en silencio. ¿Por qué? Aún soy muy joven para tener este tipo de dolores. E me dice que es por mi sobrepeso. Me levanto y me voy hacia

Acerca de la novela que se cuenta en el Don Quijote: El curioso impertinente (I)

Imagen
En la ciudad de Florencia, exactamente en la provincia Toscana, vivían dos caballeros ricos y principales. Anselmo y Lotario. Amigos inseparables, solteros empedernidos. Aunque Anselmo era más enamoradizo que Lotario, un aficionado a la caza. La desventurada historia inicia cuando Anselmo andaba perdido de amores con una doncella de su misma ciudad. El amor y el deseo de posesión fue tal hacía Camila que en poco tiempo la pidió como esposa. Pero esto sin alejar de la fraternidad hacia Lotario, que en los primos días solía visitarle constantemente. Camila, por su parte, daba gracias al cielo por el amor correspondido de Anselmo. Él, teniendo esa dicha, mostraba cierta inquietud. Lotario, dándose cuenta de ello, trató de indagar el porqué de su actitud en estos días lleno de felicidad. “Decía él, y decía bien, que el casado a quien el cielo había concedido mujer hermosa, tanto cuidado había de tener qué amigos llevaba a su casa como en mirar con que amigas su mujer conversaba; porq

Acerca de la novela que se cuenta en el Don Quijote: El curioso impertinente (II)

Imagen
Contentísimo Anselmo de lo estipulado por su amigo, le rogó que no dejase por terminado el plan, que siguiera con lo acordado como algo cotidiano. Lotario, confundido suplicaba a su amigo que le contara de la verdad a su esposa; pero el, ensimismado en su acto, sugirió que escribiera algunos versos de alabanza bajo el nombre de Clori y él le daría a entender a Camila que andaba enamorado de una dama de la ciudad. Quedando así, se siguió con el acuerdo entre el impertinente y el traidor amigo .   Cuando Anselmo se reunió con Camila le preguntó acerca de la carta. Ella le contestó que le había parecido que su amigo le miraba un poco desenvuelto; pero que al pasar los días se percató que solo era imaginación suya, pues Lotario huía cada vez que estaban a solas. Anselmo, habiendo hablado con Lotario, le dijo a su esposa de que sus sospechas eran falsas, ya que su amigo estaba enamorado de una doncella de la ciudad llamada Clori; y aunque él no lo estuviera, no dudaría de la amistad de s

En esta Época

Imagen
Cuando inició esto aún no creíamos todo lo que acarraría. Y es que las situaciones fueron totalmente variables en diferentes zonas. En el caso nuestro, desastroso. Era marzo. Cuando todos iniciaban los planes para el feriado de semana santa, llegó desde oriente, un virus que cambió los planes, tomando de sorpresa a países que apenas tenían un brote de prosperidad. Unas semanas después del primer infectado, nos ordenaron aislamiento obligatorio. Y duele aceptarlo; muchos no supimos entender lo que implicaba esto. A este punto, las noticias que llegaban de Europa nos daban, como premonición, lo que nos ocurriría y muy pocos tomamos conciencia. Se cerraron las fronteras y se restringió el transporte interprovincial. Pero era tarde. Días siguientes el número de los infectados aumentaba aritméticamente. A esto, la gente recién empezó a ver lo crudo de la situación. Cada uno nos decíamos “menos mal que cerraron las fronteras antes de que empeore o estaríamos como Italia o España ”. Y los a

Frank Kafka: La transformación y otros relatos.

Imagen
En un veintiséis de abril de dos mil veinte a las tres y cincuenta y dos de la mañana tal vez esperabas, como muchas, las órdenes dictatoriales de mis impulsos por leerte y fue cuando la crisis se agudizaba y alteraba a la sociedad cuando me cuestionó tu interior. Vaya casualidad.   Pequeño y frágil mundo compuesto por más mundos. Al iniciar me topé con un ensayo de su obra en vida y descubrí de sus temores y sus rechazos (de la amada e inalcanzable Felice que le propuso matrimonio tres veces y las tres veces le rechazó; de su padre que no comprendía el porqué de “rebeldía”. Y a la que nunca mostró algún afecto; de la propia editorial que veía una singularidad única de describir lo anárquico del siglo XX y lo que estos causarían a sus escasos lectores). Sus relatos plasmaron la duda ante lo desconocido y lo que implica a ello, ya sea por la monotonía o la complejidad de sus personajes, que un reflejo de los comportamientos de la sociedad de su época. La destreza en crear sus rel

Fragmentos de V.

Imagen
I –Es de noche– . Entre las paredes mal asfaltadas, gobernadas por carcajadas policromas, resaltaba una tímida, cálida y abandonada mirada. –Y otra vez pienso en ti– . Ella, en una esquina, rodeada de un grupo de complejas personalidades que la hacían sentir vacía, pedía a gritos ser rescatada. – En todo lo que pasamos y vivimos–. A él le bastaron segundos para saber de que era una de esas mujeres que crean armaduras de personalidades para ocultar en su interior delicados recuerdos ínfimos. – Lo bueno, lo malo– . Muchos se habían hecho el hábito de mirarlos caminando embobados por los estrechos pasajes de la avenida.  –lo nuestro–.  Iban  burlándose del agrio mundo que creían absurdo. –Recuerdo esos besos– . Primer amor. –En los lugares más tiernos, en la frente, en la mejilla– Compartían penas, rencores y sueños que se desvanecerían con el tiempo.  –Y en otros que para qué decir–. Pero fue una noches típicas donde miraban a la luna jugar con las estrellas desechas hace in