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Mostrando entradas de 2021

ANCAL

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  Domingo, 20 de noviembre. Hay un campeonato al que intempestivamente me decidí invitar. Un encuentro deportivo de mujeres y varones que se realizará en el anexo de Ancal del distrito de Ingenio. Un campeonato deportivo que trata de integrar a todos los anexos del distrito. Ancal, Huahuanca, Rimaycancha, Chiacata, Muchac, Suiza Rangra y Casacancha. Anexos que se encuentran geográficamente apartados de lo que se podría llamar el centro de la ciudad, y por ende de todo el flujo económico que se genera con el turismo. –Lo que se quiere es que se integren las comunidades y que se incentive el comercio; y que más que con el deporte. – me comenta Juvenal, presidente de la comunidad, mientras compra una botella de ron que (dice) nos servirá para el clima que hay allá.   Un camión de la municipalidad frena al frente nuestro. Trepo a su tolva. Dentro de ellos un grupo de pueblerinos conversan alegremente. Algunas mujeres abrazadas a sus menores hijos, preguntan compulsivamente la hora con ese

CRÓNICA A LA ENVIDIABLE JUVENTUD ENTRE LA ENDEBLE MALEZA

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  Es una brisa tan fresca y a la vez tan húmeda que se mete por la ventana abierta. Una brisa inocente que baja de la selva aún no tan destruida. El centro poblado despierta lentamente; como por inercia. Ya se escuchan los primeros pasos y las primeras motos dando roncadas por las angostas vías. Es miércoles. Es feriado. Pero no parece importarle de lo que se conmemore en estas fechas a los lugareños que solo quieren aprovechar que el sol salió muy temprano. Afuera, alguien grita. Una inocente voz rompe con mi armonía matutina. Es Smith, hijo único de padre cafetero y madre médica, que llama a la ventana del cuarto de su primo Yomer. Ambos de la misma edad y me atrevo a decir que de las mismas mañas. Yomer sabe que tiene que ayudar en algunas jornadas a su padre y por eso responde de la misma manera y sin moverse de su cama. – ¡Que! – Al parecer uno ya quiere iniciar con las pequeñas vacaciones que tienen por medio año. Ambos estudian de la misma manera que muchos niños de este puebl

No sé qué escribir.

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  I Surgía de lo invisible. De lo desprovisto. Una sensación cotidiana e incómoda. Una tarde vencida por la monotonía me daba la bienvenida. Los buses atiborrados en las esquinas y las algarabías de los ambulantes me intimidaban a cada paso que daba. Que sensación tan extraña, me decía cada vez que cruzaba la mirada con alguno de ellos. Jugaba algunos versos de algún poema extinto en mi memoria. Era tarde ya para escribirlos. Seguía a la marea confundida de oficinistas. Nunca me consideré uno de ellos. Qué envidia, pienso. Caminan con preocupaciones cotidianas guiadas por una inerte dulzura de smoke . Cruzo una de sus arterias. El manto tenue de la tarde nos cobija y la luna empieza a tener una triste forma. Un grupo de mujeres de prominentes figuras pasan fugazmente. Con pasos pícaros y miradas inquietas. Un juego a la viveza. Un cariño fugaz e inmemorable a la módica suma de ciento cincuenta soles la media hora. Avanzo inquebrantablemente a esos deseos carnales. Nunca tuve la valen

22 de marzo

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  Al frente mío, arde la nostalgia familiar sobre la leña. Y reposa tiernamente aquel potaje que solo mi madre puede preparar.  El humo se mezcla entre nosotros al son del hervor d el maíz. Miramos la olla con una devoción casi religiosa mientras se termina de consumir algún retazo de lo que antes fue un mueble viejo. Y recordamos todas las veces que ardió y las muchas veces que teníamos que venderlo para subsistir. Todos los domingos por las mañanas. De puerta en puerta. Otras veces lo hacíamos por el simple hecho de querer comer como se comía en nuestro pueblo. Con las patas, la lengua y la cabeza del carnero. Y otras veces lo hacíamos para celebrar alguna festividad familiar. Pero hoy hierve para conmemorar el primer mes del fallecimiento de un familiar. Tal vez por eso es que el humo nos lastima y nos hace toser. Mi madre me mira y me pide que me abrigue. Trata de apaciguar su tristeza sin que me dé cuenta. Lo extraña. Lo extrañamos. Tan rápido pasa el tiempo y tan lento el olvido

DE DONDE VIENEN LOS CHOLOS

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A lo largo de las nueve crónicas que se plasman en libro, Marco Avilés, a través de su título y su portada, nos plantea el origen de nuestra “choledad”. Y que a pesar de que no lo describe directamente, nos muestra una reflexión central en el último párrafo de su primera crónica: “Este libro es sobre los otros. Sobre los que nunca se fueron. Sobre los cholos e indios que, a pesar de los cataclismos que ha vivido el país, se quedaron a vivir en sus pueblos. En las montañas. En las selvas. ¿Qué los retuvo entonces? ¿Qué los retuvo ahora?”. A partir de este punto, Marco explora diversos lugares de nuestra amplia demografía y extrae de ellas historias cargadas de costumbres, fervor, nostalgia y el mito que fuera de ese lugar hay un mundo muy distinto que juega otro rol. En Chumbivilcas retrata el takanakuy y el fervor que le tienen sus pobladores. Muchos vienen desde la capital especialmente a pelear olvidando, en muchos casos, la festividad de las fiestas navideñas. En Churubamba se enfoc

Carta a mi amigo Pablo.

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  Lima, 28 de febrero de 2021       Querido amigo. Han pasado exactamente una semana desde tu inesperada partida. Parece mentira, hace unas semanas estabas sentado en el sillón viendo el pez de Jimena navegar incansablemente por su pequeña pecera. Parece mentira en el hecho de solo saber de qué ya no estarás más para conversar a rabiar de los asuntos del día. Política, deportes, la vida misma. Que habrá más allá, pensábamos una noche. Tú, hombre temeroso a Dios, nos decías que hay un cielo y un infierno esperándonos. Yo decía que no hay nada. Que aquí está el infierno y que el cielo puede ser solo una conspiración de los que nos dominan para apalear las penas en esta vida. Ahora quiero creer que si hay uno. Y que ahí estas tú. Amigo, ahora cuando llego a la casa y paso por el lugar donde siempre te sentabas, se ausentan todas tus acciones. Tus alabanzas de madrugadas, tus chistes en el desayuno, los halagos a la comida de mamá, tus “ejercicios para mantener esa alegría”. Pe