Esbozos del atardecer.


5:55 p.m de un trece de febrero. Divagando por los infinitos mares virtuales que se crearon en esta generación, me topé con un náufrago. De esos que se deciden perderse por cuenta propia y reaparecer cuando la realidad lo amerite.
–¿Por dónde te lleva (ahora) la vida? –pregunté.
–Qué difícil esa pregunta. Humm, A ver citemos a José Emilio Pacheco –Responde.

“Digamos que no tiene comienzo el mar.
Empieza donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes”
Mar Eterno

Reí de la reversión cuestionaría. –Esto se pone bueno –pensé.
–A ver. Se me ocurre un antipoema. –Agrega.

Sucede que me creía navegando hacia el norte
Y en cambio navego hacia el sur.
Brújula descompuesta,
Eres una suerte de mapa yerro
Y a la vez una estrella.

Fuimos interrumpidos por divagaciones torpes, característicos de dos errantes prematuros de la (Comúnmente mal llamada) “vida”
–¿Están leyendo algún libro últimamente? –pregunta.
–Fernando Ampuero. Toda su obra (los cuentos completos que tiene hasta la fecha es lo que me interesa) ¿Y tú?
–¿Ampuero? –Exclamó dubitativo. –Leí de él “La Puta Linda”, “Hasta que me orinen los perros”. Bien escritos. Me gustaron. Yo estoy leyendo "La tentación del fracaso" de Ribeyro y "Rashōmon" de Ryounosuke Akutagawa.
En este momento mi juicio Literario me hizo indagar del autor japonés. Cuentista de la generación neorrealista. Caracterizado por relatos cortos de la vida del Japón feudal.
–¿Y qué tal los cuentos? (refiriéndose a Ampuero). ¿Tienen la misma temática sórdida de su trilogía callejera? –agregó al sentir el silencio de las aguas.
–Bueno – respondí inmediatamente –Soy de leer la obra completa de cada autor. Aprender de ello. Sus inicios y analizar su estilo. Comprenderlo. Los principales (sus cuentos) bajos, cómo los nuestros, pero…  Desde “taxi drive sin Robert Deniro”, están muy bien construidas. Aunque siento que son muy lineales. Es bueno ese autor peruano del siglo XXI.
–Con Ampuero se puede (refiriéndose a leer su obra completa). Pero hay autores imposibles como Marcel Proust o Umberto Eco. Sus obras completas son muy extensas.
–No por las puras tuvo el reconocimiento de ellos… – interrumpí mostrándole la contra portada del libro donde figuraba comentarios esperanzadores de Julio Ramón Ribeyro, Alfredo Bryce Echenique y una revista internacional literaria. –Proust está en mi lista. Como quien espera la última figura de la última página del último álbum del mundial.
Tomó el libro, y vio lo llamativo del título del cuento (“taxi drive sin Robert Deniro”) y agregó –vaya título. Ya me picó la curiosidad. Pero él más gira en torno a Truman Capote y Stieg Larsson.
–Es buena…
–Solo su correspondencia son como 10 tomos (refiriéndose al gran Proust). El fallecido Fernando de Szyszlo era admirador.

10:03 p.m. Las estrellas no se ven en este cielo desnudo. Una ciudad carente de almas. Yo suelo meditar a estas horas. Cuando la ciudad entre en un letargo misterioso.
–¿Y hay algunos libros que has pensado leer este año? O sea sí o sí.
–Tengo una lista de 150 autores para leer antes de morir. Según Harold Bloom. Aparte tengo mi propia lista. Una listita que cada día crece a la par mi ansiedad. –Reí.
–Podría salir un buen cuento sobre eso… –respondió –Porque si cada día crece y crece la lista, llegara un momento en que un lector no podrá con la tradición. Con todo lo que pasa a ser denominado Clásico. Será inabarcable todo lo que necesite leer…
–Y morirás con la angustia de nunca poder leerlo todo –sentencié. –Lo mismo le ocurrió a Marco Aurelio Denegri.
–Pero hay una salida.
–No me digas resúmenes...
–Porque si lo bueno le pertenece a todos (según Jorge Luis Borges), entonces lo que se publique hoy transita de lo que ya se haya escrito. Entonces los buenos autores serán olvidados frente a grandes autores. Tal vez no sobreviva Friedrich Schiller o Günter Grass. Solo Goethe. –agregó acongojado –Por aquí, en Latinoamérica, tal vez solo Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges serán "necesarios".
–Recuerda qué hay una frase…
–Así como Rómulo Gallegos, Alejo Carpentier y Ciro Alegría quedaron pequeños frente a la generación del Boom. Otras luces se apagarán….
–…“La literatura de hoy es lo transcrito de la literatura de ayer” –Completé.
–¿Quién sobrevivirá entonces? –Exclamó –¿Los de ahora o los de antes? Si total, los de hoy recogen la voz de los de antes –continuó –Hoy, comienza a desinflarse el Ulises de James Joyce. La obra asombrosa queda como eso, en su tiempo. Y hoy pocos emprenden su lectura.

De pronto fuimos interrumpidos por los destellos fulminantes del ocio y las bromas contemporáneas.
–¿Qué libros sobreviven entonces? ¿Cuáles libros de hoy serán leídos mañana?
–Los que tú leas. Los que son olvidados ahora…
–Y esos pueden ser buenos o malos libros. ¿Pero cuáles hacen indispensables? –Continuó. –Y como la lista crece y crece. Sera una pelea entre grandes obras frente a grandes obras. ¿Cuáles merecerán nuestra atención entonces?
–Creo que la “auto ficción” toma mucha fuerza. Creo, se inclinarán en ello. Una batalla titánica…
–... Escribir lo que uno desea que le ocurra –dijo.
–Siempre ocurrió eso –dije –pero guiados por esos movimientos culturales. Lo que se escribe hoy es distinto. Por ejemplo en nuestro país no hay conflictos armados (o como la época pasada) como los de la época de Mario Vargas Llosa. Dictadura y terrorismo. Y aunque suena extraño, la literatura de esa época tiene esas gotas… De dolor.
–¿Consideras entonces que un escenario desfavorable contribuye a una buena producción de literatura de calidad?... Claro. Hay ejemplos como…"La Araucana" de Alonso de Ercilla. "Los miserables" de Victor Hugo. "Yo el supremo" De Augusto Roa Bastos. "El tambor de hojalata" de Günter Grass.
–En cierto punto… Creo…
 Dubitativo respondé –Pero... ¿Y las obras de Borges? No hay ahí un tinte revolucionario. ¿Y las obras de Eurípides y Sófocles?
–¿Dime tú la época de oro parisina era literatura de flores y colores?
–No. Gustavo Adolfo Bécquer es un gran poeta sin necesidad de guerras o trifulcas. Rubén Darío igual. No veo un ápice de revolución en sus poemas.
–Pero son de las épocas del romanticismo occidental… –me levanté en busca del horizonte, pues la noche maduraba y no encontraba el rumbo. Y agregué –Son épocas. La literatura toma forma dependiendo de sus épocas en la que transcurren.
–¿Qué hace posible entonces la producción de una generación brillante de escritores?
Una muy buena pregunta. Tal vez aun no tenga la capacidad de responderla.
–¿Cómo se hace eso? –insistió al sentir mi silencio –¿O es producto de la suerte? ¿Hoy falta talento? ¿O es que el talento ya no se ve?
Solo atiné a decir –Buena pregunta. Creo yo, en la época y la tendencia…
–Después del regionalismo vino el Boom. Y después hubo un corte con Roberto Bolaño. Y ahí quedó. ¿Quiénes vienen entonces?
–Aún creo no hay una corriente…
–¿Cuál será el destino de la literatura?
Me había alejado de la orilla, y el sol empezaba a azotar sus ásperos rayos matutinos. Teníamos que volver a nuestras vidas.
–¿Qué tal si lo debatimos un día? En un café o una peña.
–Interesante. En un café estaría bien
–Por favor. Suelte sus horarios.


"Pintura de Mark boyle"



Comentarios

Entradas populares de este blog

Página en blanco.

BREVES JUSTIFICACIONES ENTRE EL SILENCIO COMPARTIDO Y EL RUIDO SIN SENTIDO

Poema: Los gemidos de tus recuerdos